¡Por fin he podido catar, comer y follar una polla grande!.
Era un deseo largamente acariciado por mi.
Durante mucho tiempo he soñado y acariciado la idea de tener a mi disposición una polla grande, enorme. Y al fin se ha cumplido mi deseo.
Lo pasé en grande jugando con nuestro amigo, que por cierto encima está buenisimo y es guapo.
Menudo placer me proporcionó con su cuerpo, boca y ¡su polla!. Es que lo tiene todo, sabe como calentarme, acariciar todo mi cuerpo con su lengua, comerme mi coño hasta provocarme un sinfin de orgasmos y para remate final me folló con su enorme polla haciendome sentir muy llena y atravesada con tan grande y dura herramienta.
Lo organicé todo con el para que viniera a casa antes de que llegara mi marido.
Fué puntual a la cita y a la hora prevista sonó el timbre de casa.
Abrí la puerta, nerviosa y entusiasmada.
Iba vestida como el me pidió, con medias blancas, zapatos de tacón de aguja, un tanguita blanco y muy sexy y un camison negro que transparentaba y dejaba adivinar lo que debajo de el había.
Al abrir la puerta apareció el con una gran sonrisa y se apresuró a darme un beso de tornillo que me hizo tambalear.
Cuando nos separamos despues del beso exclamó:
- ¡Por fin podemos vernos cara a cara!.
A lo cual le respondí con:
- ¡No sabes las ganas que tenía de conocerte y estar contigo!.
Le invité a pasar y nos acomodamos en el sofá del salón.
Cambiamos impresiones de como habíamos mantenido la relación a través de internet y lo mucho que deseábamos este encuentro.
Mientras hablábamos el acariciaba mi pierna mas proxima a la suya y aprovechaba de vez en cuando para decir lo mucho que le gustaba y lo sexy que estaba con mi atuendo.
Tomamos un refresco y entre comentarios subidos de tono y risas comenzamos a acariciarnos sin reparo alguno.
Me estaba calentando por momentos y notaba como mi tanguita se mojaba con mi excitación.
Al posar mi mano encima de su pantalón a la altura de su polla, la noté muy erecta y extremadamente dura.
No pude evitar exclamar:
- ¡Huuuuuuummm!. Que dura y grande la tienes.
- Es por tu culpa zorra, que está así.
Exclamó el sin perdida de tiempo.
Le invité a subir a nuestra habitación y una vez allí se apresuró a besarme por todo el cuerpo y a la vez me quitó el camisón quedándome en tanguita y medias y con mis tetas al descubierto y libres para ser acarciadas por sus manos.
Al mismo tiempo le desnudé entero y apareció ante mis ojos su tan preciado tesoro.
¡Que polla!
Se me hacía la boca agua ante tal visión, y el solo pensamiento de que en breve sería poseída por tan magnífica herramienta hacía que mi coño se inundara de jugos.
Allí estaba yo, acariciando aquel tesoro tan largamente deseado y codiciado por mi.
El no paraba de acariciarme y lamer mis tetas poniéndome cada vez mas caliente, ¡si ello era posible!.
Nos tumbamos en la cama y con sus manos me quitó el tanguita que aun llevaba puesto, se abalanzó hacia mi coño, comenzó a lamerlo con frenesí y sorbiendo los jugos que manaban de el sin parar.
Al mismo tiempo agarré su tremenda polla y me la llevé a la boca para comersela. Casi no me cabía de lo grande que era y haciendo maravillas pude introducirmela un poco.
Aquello no podía ser cierto, tenía en mi boca la polla que durante tanto tiempo soñé con ella y estaba recibiendo una comida de coño brutal por parte de su dueño.
Pero el calor que sentía en mis entrañas y que luchaba por salir a través de mi coño me devolvió a la maravillosa realidad.
Estaba sintiendo un orgasmo bestial y exploté con un grito de placer increible.
Así estábamos cuando de repente oi una voz que decía:
-¡ Vaya, vaya con la zorra de mi mujer!
- Que bien lo estas pasando puta zorra y a mis espladas.
Levanté la cabeza en dirección a la puerta de acceso a la habitación, y vi a mi marido plantado delante de ella y en jarras terminando de exclamar su frase.
Como pude me incorporé y le dije:
- Hola cariño, la zorra de tu esposa está gozano de esta polla maravillosa. ¿Quieres unirte a la fiesta?.
A lo que el respondió:
- Como no iba a unirme a la fiesta y perder la oportunidad de ver como te retuerces de placer con otro hombre, ¡zorra mas que zorra!.
Y acto seguido se desnudó y comenzó a hacer fotos como un poseso y acariciar mi encharcado coño.
Así proseguimos los tres, a ratos siendo follada solo por la polla de mi amigo y a ratos siendo follada por mi marido y con la polla enorme en mi boca.
El resto lo podeis imaginar, glorioso, fantástico y agotador. Porque mi amigo es una máquina incansable de follar.
En fin, que mas os puedo contar.
Lo pasé en grande, disfruté como una auténtica zorra y aun me relamo al recordar aquella tarde gloriosa y llena de placer.
Y que aun estoy dolorida y escocida de tanta polla y tanto folleteo.
Un besito enorme.